El Gobierno de México pidió al de Estados Unidos que reabra los cruces fronterizos que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB, por sus siglas en inglés) ordenó cerrar semanas atrás debido a un aumento en la llegada de migrantes a esas zonas.
Los cruces, cuya operación México pide reanudar, son los de El Chaparral-San Ysidro, que une al estado mexicano de Baja California con California; Sonoyta-Lukeville, que une Sonora con Arizona, y Piedras Negras-Eagle Pass, que une Coahuila con Texas.
A través de un comunicado difundido este martes, la Cancillería mexicana señaló que el cierre de esos puntos “impactará de manera negativa el intercambio comercial y el turismo de la región”.
“El Gobierno de México hace un respetuoso llamado al Gobierno de Estados Unidos para que se reanuden, de manera inmediata, las operaciones en los cruces afectados para evitar pérdidas económicas importantes en ambos lados de la frontera”, dijo la institución.
Transportistas entrevistados en Sonoyta, Sonora, dijeron a CNN la semana pasada que los cierres afectan su trabajo y sus ingresos, particularmente en esta época de fin de año.
La Cancillería mexicana también señaló que el Gobierno está comprometido a trabajar “en la búsqueda de una frontera con mayor eficiencia, prosperidad y seguridad”, luego de que las autoridades estadounidenses expresaran su preocupación por el incremento de flujos migratorios hacia la zona fronteriza.
