Los departamentos franceses de Finistere, Cotes-d’Armor y Manche están al máximo nivel advertencia.
La tormenta Ciarán tiene en alerta a varios países del oeste de Europa que se preparan para sufrir violentos vendavales y aguaceros en sus costas del litoral Atlántico a partir de la noche del miércoles.
En Francia, la agencia nacional Meteo-France advirtió que la tormenta puede provocar vientos de hasta 170 kilómetros por hora, especialmente en las costas de Bretaña y Normandía, en el noroeste, y olas de hasta diez metros.
Los departamentos franceses de Finistere, Cotes-d’Armor y Manche, en el litoral Atlántico, están en alerta roja, el máximo nivel advertencia desde la medianoche del martes, informó Meteo-France.
En Reino Unido, Kate Marks, responsable de inundaciones de la Agencia de Medio Ambiente, indicó es posible que produzcan crecidas «significativas» y advirtió a la población que se mantenga alejada de los ríos y pidió a los conductores que no circulen donde haya acumulación de agua.
«En algunas zonas del sur de Gales y el suroeste de Inglaterra podrían caer 80 mm de lluvia», proyectó Dan Suri, meteorólogo jefe adjunto del Servicio Nacional de Meteorología.
Ciarán llegará al Reino Unido en menos de dos semanas, justo después de que la tormenta Babet provocara cinco muertos y dejara miles de damnificados por las inundaciones.
En Bélgica, las autoridades decretaron alerta naranja para la costa de Flandes, alerta amarilla para el resto del país y urgieron a la ciudadanía a tener «mucha precaución».
Las ciudades de Bruselas, Amberes y Lieja anunciaron el cierre de los parques a partir del miércoles por la tarde.
En España, las autoridades de emergencia de Madrid le pidieron a la población sacar las macetas de los balcones, además advirtieron a los conductores que sean prudentes al entrar y salir de los túneles y recomendaron a la ciudadanía que evite caminar debajo de los árboles.
La agencia meteorológica nacional AEMET emitió una aviso de tormenta para las regiones de Galicia, el área Cantábrica y el Pirineo.
Las tormentas son un fenómeno natural, pero los científicos afirman que el cambio climático hace que los eventos extremos sean más intensos.
